sábado, 13 de octubre de 2018

"El hombre que vendió su propia cama" Vicente Molina Foix


En su segundo libro de relatos, Vicente Molina Foix nos ofrece las historias más cotidianas y a la vez más insólitas, con un toque de humor e ironía, recurriendo con frecuencia a personajes aficionados a la lectura, la escritura y el arte.  

Quizá el texto que más me gustó fue “Los otros labios”, en el cual la historia de amor más tierna y duradera entre dos profesores contrasta con la infelicidad del hombre por las críticas despiadadas que un oscuro y misterioso analista literario hace de sus libros. En “El cuento de gógol”, otro escritor aficionado a los escritores rusos, divorciado por sus desavenencias literarias con una amante de los autores franceses, se empeña en viajar a Turquía para buscar la habitación donde se alojó un cuentista, uno de cuyos personajes, partiendo de una situación similar al protagonista, sufre una transformación interna inspirado por una mujer extranjera. En “A su edad”, el autor se refiere cómicamente a los complejos y los achaques que sufre un señor al ir entrando en la tercera edad.  No falta el toque cultural hindú en “El buda bajo el agua».

Hasta nueve cuentos completan esta colección, cinco de los cuales son un homenaje a Henry James, como el que también hizo Soledad Puértolas. Estos se basan en el cuaderno de notas del autor americano sobre las historias que nunca llegó a escribir.

A veces cuenta, en tercera persona, las peripecias de varias generaciones en una misma familia, como en la historia que da título al libro. Es cierto que el registro elegido  y, en ocasiones,  el estrato social al que pertenecen los individuos retratados, con cuya vanidad parece, como el propio James, querer ironizar, no son los que más me agradan.  Sin embargo, en general, “El hombre que vendió su propia cama” es un libro entretenido,  escrito por un consagrado literato que también ha realizado cine. Será necesario profundizar en el resto de su obra para poder conocerla mejor.