martes, 14 de mayo de 2019

"El vuelo del halcón. Rodinia", de Isabel González Yagüe


El vuelo del halcón. Rodinia.


En un mundo del futuro donde la flora y la fauna han sido devastadas por el terrorismo, la Alianza de Estados del Bienestar ha creado una enfermedad genética llamada Gran Depresión, que progresa de diferentes maneras en las clases sociales que conforman Rodinia (la Casta, descastados, parias), pero que en cualquier caso termina no solo afectando físicamente sino destruyendo los recuerdos tanto positivos como negativos para la especie humana. En un entorno donde soñar está prohibido y la radio es una reliquia del pasado, Belle y Felix Falco tienen una relación prohibida, para cincuenta años más tarde tener que enfrentarse a la autoridad.  El nombre que se da a Rodinia, un supercontinente que existió hace 1100 millones de años, es un guiño al carácter circular del tiempo.

Algo que dota de frescura al libro es la forma en que se alternan un narrador en tercera persona y los capítulos en primera, donde la protagonista muestra su amor incondicional hacia su marido, la naturaleza y los animales. De igual forma, se alternan partes que son memorias de adolescencia, entre los años 201 y 203 de esa era futura, con otras que se sitúan en el momento en que ella está narrando su realidad, año 257. La vitalidad que conservan, pese a ese paso de los años y a que Félix, que sueña que es un halcón y vuela, parece indicarnos que la juventud es un atributo relativo y más psicológico que real. Los personajes secundarios aportan ciertos tonos como puedan ser de ternura o comicidad.
También ese universo, que tiene ecos de lo que ya sucede o ha sucedido en nuestro planeta, sin referirse a ninguna época histórica concreta, nos acerca al carácter diluido del tiempo y la identidad.

 La combinación del realismo mágico con la distopía nos acerca a autores del género como Philip K. Dick, el creador de Blade Runner, a George Orwell en 1984 o a Aldus Huxley en Un mundo Feliz. Hay elementos invariables en este tipo de textos como son la manipulación genética, el control de la población mediante el racionamiento de la información o el acceso a la cultura, la discriminación de las clases más desfavorecidas por parte de los privilegiados, la violencia y la amenaza bajo la que se encuentran el amor, la familia y la posibilidad de imaginar, soñar o recordar. A ello se unen las catástrofes naturales que pudieran ocurrir.
En este segundo libro tras “La sonrisa de tango”, uno de los muchos que tengo pendientes de leer, Isabel pone en juego la estructura necesaria para poder hacer una saga en la que este será solo el principio.



lunes, 13 de mayo de 2019

CIUDAD DE ALGODÓN

El pequeño Charles le habló a su amigo Thomas acerca de Flossvern, describiendo sus particularidades y encantos. Cuando uno entra a la ciudad por una carretera comarcal, se encuentra bloques de pisos con ladrillos tan finos que parecen hechos de hilo, antes de llegar a Green Square, donde abundan las tiendas de colgantes, que incluyen abejas, lobos, bisontes y otras reliquias de tiempos pasados. En el centro hay un mapa imperfecto donde faltan algunas calles.
Los pájaros no vuelan muy alto, el aire es muy denso y las nubes parecen hechas de algodón. Los niños se bañan en termas bajo capillas de mármol y los hombres y las mujeres labran caracteres extraños en piedra.  Hay un palacio muy delgado en forma de pico, donde los expertos estudian cartografía. En las diferentes salas hay espejos, donde para el visitante es posible apreciar sus músculos, tendones y venas, sin ninguna deformidad.
En el otro extremo de la localidad hay un parque muy grande, donde los viejos dan de comer a las palomas, que se quedan imantadas, en suspensión. Ya no llevan mensajes como lo hicieron en otras eras.
Los adolescentes, que también lo frecuentan, buscan las respuestas a sus preguntas en las flores. Los hostales se llenan de curiosos, venidos de diferentes partes de lo que queda del mundo. Por la noche hay jadeos que son relevados por los gorriones cuando el reloj de la plaza da las 7. No existen hogares, salvo aquellos donde viven los más experimentados. En el puerto hay una estatua con forma de árbol torcido. En las calles se respira tranquilidad. El deseo es el único dios al que venerar.

miércoles, 8 de mayo de 2019

Presentación del libro de relatos "Remontar la corriente"


De la mano de la editorial Libros Indie, que han apostado por mí entregando todos sus recursos humanos y económicos, verá la luz próximamente este libro, que se presenta en Parla en junio. También estaré participando en Bulevarte, un festival solidario y artístico en Fuenlabrada, donde firmaré ejemplares, parte de cuya recaudación irá destinada a un proyecto humanitario en Chad en colaboración con el hospital de Fuenlabrada.


Remontar la corriente
Veintidós relatos que evidencian los anhelos, complejos y contradicciones que subyacen al estilo de vida actual. Un retrato de experiencias protagonizadas por individuos que, en su carácter ordinario, resultan curiosamente cercanos y, en ocasiones, insólitos. Con un estilo realista y sin gran ornamentación, pero con algunos elementos oníricos, un profundo lirismo en la exploración de las cosas sencillas y ligeros toques de ironía, el autor reflexiona sobre la pérdida de la inocencia, las injusticias sociales, la búsqueda de la identidad personal, la crisis de las relaciones familiares y amorosas, la necesidad de tener ilusiones, de abrazar y superar una rutina de doble filo, de sobreponerse a las circunstancias y a los problemas de salud, de respetar al prójimo, de adaptarse a los cambios. Una mirada hacia lo oculto tras el telón en el paisaje humano, que recibe la herencia de diferentes tradiciones literarias para revelar la magia de aquello que nos rodea.