jueves, 1 de enero de 2015

Por más que me persigan
las horas no admitidas,
los objetivos no cumplidos,
la doctrina ejemplar
de los emprendedores
y de los hombres rana.
Por más que nos señalen con el dedo,
que nos llamen canallas
y hagan arder rumores,
habrá siempre un lugar
para una declaración,
un cajón para el dolor
y para estos zapatos
mil diáfanos caminos.
Hay rutinas que matan,
hay dioses que no juegan limpio,
hay purgatorios muertos,
verdades hay contadas con los dedos de una mano.
Que no estamos aquí
para besar banderas,
que no hay crimen perfecto,
ni amor que sea más nuestro y menos suyo.
Entre sombras no vivas ni descanses,
la libertad es tuya,
solo mira en tu espalda.

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