jueves, 23 de mayo de 2013

ARS POETICA-REFLEXIONES

Conversando con algunas personas acerca de la poesía descubrí que, en ocasiones, encontraban la poesía en general como algo oscuro y difícil de leer.
Esto es algo que entristece un poco a un autor o aspirante a serlo. Pero no solo es relevante la discusión acerca del estilo que debe emplearse en poesía, sino conocer los objetivos de este género, cuyos orígenes son tan antiguos como el ser humano.
En el libro 10 de la República, Platón afirma que los poetas son mentirosos. En el siglo XVI, Philip Sidney escribe, en respuesta, su "Apology for poetry", donde defenderá la capacidad de la poesía para llevar a los lectores a la acción virtuosa, para "instruir deleitando", siguiendo al poeta romano Horacio.
También al teatro, que se escribió durante mucho tiempo en verso, se le atribuye la capacidad de purgar los vicios (en el caso de la comedia satírica) y el sufrimiento (la llamada catarsis, en la tragedia). El espectador, en este caso, ve lo que hay en escena, se siente identificado y tenido en cuenta, se emociona y limpia por un tiempo su mente de conflictos  y flaquezas humanas, propias o ajenas.
Tras escribir mi libro, y reflexionar, con el tiempo, acerca de su título, llegué a pensar que puede ser pretencioso ponerle un título que contiene una palabra tan general como "sentimientos". Bien es sabido, y muchos poetas han hablado de ello en sus obras, lo difícil que es poner en palabras un abanico suficientemente amplio, desde lo más sublime a lo más miserable del ser humano, de aquello que llamamos sentimientos.
Pues bien, aunque la obra estuvo a punto de llamarse algo como "las palabras son campos magnéticos", puesto que ambos títulos se referían a la energía psicológica y a las relaciones humanas, hay algo que hace la elección indiferente. Los dos incluyen palabras del ámbito de la física, es decir, de lo "racional" del ser humano. La disyunción "o" de "sentimientos o vasos comunicantes" indica claramente la oposición entre el sentimiento y la razón, si bien a su vez deja claro, al identificar los sentimientos y las relaciones íntimas con el flujo de líquidos en esos conductos, que no existe tal oposición, porque tenemos los dos mundos en nosotros mismos. Así de raros somos los humanos.
Y en medio de toda esta confusión está el poeta, que busca comparaciones originales, como aquel poeta metafísico que comparaba la lágrima de su amada, que ha sido creada por ella y contiene su mundo, con un mapa que es una recreación del planeta.
Sin que esto sea óbice para que tanto ingenio y racionalización no frenen la expresión del sentimiento o hagan que sea difícil dar una definición de poesía. Si algo está claro, es que la poesía es un puente entre personas, o un puente por el que pasa el propio autor o lector para llegar a encontrar los valores, la propia experiencia estética o, me gustaría creer, la sabiduría y el deleite.
Por eso, la búsqueda de un significado personal para cada persona es algo tan importante. Una vez, mi abuela, tras ver el típico libro donde los poemas ocupan tres líneas y se pasa a la página siguiente, me preguntó si ese espacio era para que yo, el lector, escribiera algo. La verdad es que no iba desencaminada.





No hay comentarios:

Publicar un comentario