Así ha quedado un barco en el que
iban
cuatro mil doscientos pasajeros.
Hay al menos tres muertos,
veinte heridos
y cincuenta personas no
localizadas.
La deuda de la Eurozona
ha subido
y el Banco Central Europeo
habla de golpe arrollador.
Un hombre se ha disuelto
entre sollozos,
le han puesto un sello azul en su
tarjeta
y se ha encontrado alacranes a su
paso.
Así ha encontrado el apartamento de
su pecho,
desordenado y con un denso olor
a miedo.
En el sótano le pesan
las peores pesadillas
y en el ático rebotan
las palabras del televisor.
Sus proyectos están en obras.
Ha conducido un coche sin control
por la larga autopista del
desengaño
y bajo el fétido aroma del hogar
ha encontrado a otros espectros que hacían ruido.
La ballena del poder está dormida
y la ciudad dormitorio abre sus alas;
la claustrofobia de la caja y de su fondo,
un sarcófago de angustia en la
nevera,
una pregunta infantil sin
florituras
y un teléfono donante de esperanza
a través de la vena telefónica.
Soñar con volar,
sorteando los obstáculos.
Un aroma que se escurre entre los
dedos
del pobre desnudo
pidiendo clemencia
al hospital abandonado de los
sueños.
Me gusta. Un buen poema denuncia.
ResponderEliminarSe ha encontrado
el apartamento de su pecho
desordenado
y con un denso olor a miedo
Yo lo pondría así para que tuviera mejor ritmo.
Si quitaras las letras y números de control, tendrías más comentarios.Puedes moderar los si lo deseas.
Un saludo
Gracias por el comentario, pero son versos largos, que reproducen la manera natural en que decimos las cosas, por lo que solo "a miedo" lo he separado del resto para darle énfasis.
ResponderEliminarRespecto al control, supongo que te refieres al típico comprobante de que el otro no es un robot. Si está eso tendré que configurarlo porque lo he confundido con la activación de la moderación.